Tuve un embarazo normal, sin complicaciones, todo parecía normal hasta el día que nació Ivan.

El parto se me adelantó a la semana 34. Aparentemente todo estaba perfecto. Nació con 2,600 pero al día siguiente nos mandaron a casa (sin hacerle la prueba de audición).

Conforme pasaban los meses me daba cuenta que mi bebé no aguantaba la cabeza (lo consiguió a los 6 meses) y siempre llevaba ese retraso.

Los médicos (médico de cabecera, neurólogo, etc) todos me decían que mi bebé era vago y que ya haría las cosas.

Con 7 meses lo admitieron en Atención Temprana. Con año y medio nos damos cuenta de que el niño no escuchaba, le hicieron los potenciales y efectivamente de un oído no oía nada y del otro un poco. Le mandan un audífono y como vemos que el niño sigue sin hablar al cabo de dos años se dan cuenta de que se lo habían puesto en el oído equivocado haciéndole de nuevo los potenciales.

A los dos años y medio después de insistir mucho el neurólogo le hizo un TAC y una resonancia y ahí se apreciaba la falta de sustancia blanca para un niño de su edad.

Entonces fue cuando se puso a investigar y a tomárselo en serio. Busco la sangre del talón y ahí estaba el citomegalovirus congénito.

A día de hoy tiene 6 años. Ahora sí lleva en el oído adecuado el audífono y está empezando a hablar aunque tiene el tono bajo.

No puede aún subir escaleras solo pero eso sí, es súper listo. Sabe leer cosa que los de su clase aún no saben. Lo saqué del aula específica y lo metieron en un aula ordinaria y va cada día mejor. Aunque tengo que decir que es como un niño que tiene 4-5 años y su carácter es un poco difícil. Pero sus compañeros han sabido llevarlo con total normalidad y lo cuidan y lo miman muchísimo.

Es un niño como otro normal, sé que si se hubiese sabido antes lo del CMV mi hijo estaría mucho mejor de lo que está ahora … pero bueno me consuela pensar que más vale tarde que nunca.

Vamos progresando y es lo importante.