PABLO_EXPERIENCIASCMVHace un año, cuando todas las puertas empezaban a cerrarse, cuando en la semana 30 de gestación de nuestro segundo hijo una analítica daba positivo en CMV (IgG e IgM) y una amniocentesis nos confirmaba que en el líquido amniótico había un millón de copias del virus, la Dra. María de la Calle (Jefa de Sección de Tocología y Alto Riesgo y Obstetricia médica en el hospital de La Paz) apareció en nuestra vida. Fueron dos semanas de angustia constante desde que recibimos los primeros resultados. Ahí empezó nuestra carrera de fondo.

Nadie nos había hablado del CMV, ni siquiera en nuestro primer embarazo, con lo cual la noticia nos paralizó.

Afortunadamente, la ginecóloga que nos dio los resultados en la sanidad privada había estudiado con la Dra. María de la Calle y nos recomendó preguntar por ella en La Paz.

Así lo hicimos y el día que entramos en su consulta volvimos a respirar, por fin alguien que tenía muy claro los pasos a seguir. Nos citó al día siguiente para recibir un ciclo de GHI (Gammaglobulina Hiperinmune) y, tras esa dosis, empecé a tomar 8g/día de Valaciclovir. El seguimiento en La Paz fue duro, cada neurosonografía era eterna esperando que nos dijeran que todo iba bien. Tuvimos suerte porque nunca apareció nada pero siempre nos decían “de momento todo es normal pero la situación puede cambiar”. El resultado de la resonancia fetal también fue bueno.

La Dra. María de la Calle nos derivó al Dr. Fernando Baquero – Artigao (Coordinador de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y especialista en Infecciones Congénitas del Servicio de Pediatría del hospital de La Paz). Fuimos a su consulta antes de que naciera Pablo para que nos explicara el protocolo que se iba a realizar tras el nacimiento.

El mensaje de María siempre fue optimista “vuestro bebé está infectado, pero puede no estar afectado”.

PABLO_EXPERIENCIASCMVPablo nació en la semana 39 tras un parto rápido y fácil. Al subir a planta se inició el protocolo y estuvo su primer día de vida en la REA. En mi habitación no había cuna, ni flores, ni bombones, ni visitas…no fue fácil pero era el modo más rápido de que le pudieran hacer todas las pruebas necesarias (ecografía, punción lumbar, analítica…). No encontraron secuelas graves pero sí ictericia colestásica, una pequeña hemorragia subependimaria y una carga viral de millones de copias en orina y sangre, por lo que el Dr. Baquero le puso medicación antes del alta y estuvo tomando Valcyte hasta los 3 meses, cuando por fin la carga viral en sangre comenzó a ser indetectable.

El momento del alta también fue diferente. No vinieron a la habitación a darnos los informes y la enhorabuena, pasamos a una sala en la que estaba la Dra. Paula Rodríguez Molino del equipo del Dr. Baquero. Allí nos volvió a hablar con mucha claridad de todo lo que podría aparecer en el organismo de Pablo, fue cercana y nos trató con mucho cariño pero volvió a ser un momento muy duro. Sí, volvíamos a casa, pero con la incertidumbre, una vez más, de no saber cómo iba a evolucionar Pablo.

La semana siguiente comenzó nuestro peregrinaje por las distintas especialidades: pediatría enfermedades infecciosas, hepatología, otorrinolaringología, oftalmología, neurología… y un largo etc. de pruebas y visitas médicas que continúan hoy. El Dr. Baquero siempre pendiente de cada resultado, resolviendo nuestras dudas y dándonos la seguridad que necesitamos en cada momento.

Sabemos que durante los próximos años pueden aparecer secuelas, pero a día de hoy Pablo es un niño sano y solo podemos dar las GRACIAS a todo el equipo médico, por su gran calidad humana y profesional, por su positivismo y apoyo desde la primera consulta.

Si nos tenemos que quedar con algo positivo de todo esto, es con las maravillosas personas que se han cruzado en nuestro camino y que son la ayuda y el soporte para seguir adelante, tanto profesionales como integrantes de FAMILIASCMV.

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